Olivares enloqueció en el descuento del partido cuando vio acercarse a su paisano al centro del área. Saltó al campo a tan solo diez minutos del pitido final, aunque fue suficiente para ponerle la guinda al partido. Con un centro de la leyenda bética, Joaquín Sánchez, Miranda hizo estallar de alegría a toda la afición bética y, en especial, a su pueblo, quien celebró con él el gol como si fuese suyo, pese a que los separaba más de novecientos kilómetros de distancia. “Para mí es un orgullo que todo el pueblo se comporte tan amable conmigo. En Olivares nos conocemos entre todos, por eso, vaya donde vaya, siempre voy a llevar a mi pueblo conmigo” afirma Juan Miranda.

“Es algo increíble que nunca puedes llegar a imaginar. Cuando era pequeña y veía a los jugadores del Betis desde la grada del Villamarín meter goles, me era imposible pensar que algún día sería mi hermano quien metiese esos goles. Aún no me lo creo” nos cuenta su hermana, Elena Miranda.

Juan Miranda es el ejemplo perfecto de constancia, esfuerzo y humildad. Gran parte de ese éxito, no solo en lo profesional, sino también en lo personal, es gracias a sus padres, Mª Dolores González y Juan Miranda, quienes, desde que era pequeño, inculcaron estos valores a su hijo. “Estamos muy contentos por él, al fin y al cabo es a lo que aspira un futbolista desde pequeño: jugar en la élite y ayudar a tu equipo metiendo goles. Nosotros lo que nos llevamos es el disfrutar del presente, de lo que está pasando. Eso sí, siempre con los pies en el suelo, esto es muy difícil” declara su madre.

El joven olivareño abandonó su pueblo a los catorce años para comenzar su andadura en la cantera del Fútbol Club Barcelona. Desde entonces, la vida de Miranda se convirtió en un éxito constante. Su fútbol vislumbró a todos, incluido a la mismísima Selección Española, quien, tan solo un año después, decidió contar con él en sus categorías inferiores. Con la selección ha conocido lugares extraordinarios en los que ha demostrado su calidad futbolística. La India, por ejemplo. Las niñas y niños de Olivares ven en su paisano todo un ejemplo a seguir. No es para menos. “A los niños y niñas de Olivares que se esfuerzan día a día en el deporte les diría sobre todo que disfruten de lo que están haciendo, ahora mismo, para ellos, es lo más importante” asegura Juan Miranda.

El pueblo celebra cada paso que el joven da en su carrera deportiva. Enhorabuena. Toda la suerte del mundo, Juan.